viernes, 8 de junio de 2007



ELLA SENTIMENTALOIDE


QUÉ TONTERA...



Estaba en mi casa, revisando mi correo y terminando unas pinturas, cuando suena mi celular. Era un chico que había visto mis fotos en la página y quería una hora. Voz de pendejo tenía, asi que no lo pesqué mucho. Me dió la dirección de su casa y partí. Trabajo es trabajo.

De partida no estaba en su casa, sino que con unos amigos tomando y conversando. Cuando llegué se pusieron nerviosos, se notaba que era primera vez que hacían algo así. Y eran atractivos, de unos 24 años aproximadamente y todos observandome como animal de zoológico. Curiosos.

Pregunté quien era el afortunado de la noche, porque ni cagando atendía a la manga de calientes. Y ahí apareció este chico...Un metro 80 más o menos, buen físico, tez morena y ojos verdes, pelo desordenado, un poco de barba, atractivo totalmente. No sabía porque un chico como él pediría este tipo de servicios, estoy segura que cualquier chica estaría dispuesta a estar con él sin tener que pagar. Una chica así como yo...primera vez que pienso que no le cobraría.

El asunto es que me saludó muy canchero, tratando de parecer normal y seguro. Pero se notaba que por dentro habían mil cosas a punto de estallar. Y tenía ojos de pena. Obvio que mientras conversábamos me examinaba entera, y yo, bueno, primera vez que me cohibía una mirada.

"No Carola, no lo mires tanto, no te atrevas a que te guste un cliente, contrólate Carola, que al final de la noche tendrás que cobrar". Me ofrecía y ofrecía cosas para tomar, yo aceptaba, total hay una técnica milenaria para parecer que tomas, cuando en realidad no. Hasta que finalmente le dije: " ¿Bueno y? a lo que vinimos" Silencio en la sala. Nerviosismo. Y él " bueno, si po, pasemos allá" Yo no sé quien habrá estado mas nervioso en ese momento, si él o yo.

Se llamaba Juan y estudiaba comunicación audiovisual. Era lindo. Simpático...y yo, no quería mirarlo más. Entramos a la pieza y yo entré al baño antes. Parecía que iba a tener sexo casual con alguien que me gustaba. Y no, era un cliente, me lo tenía que meter en la cabeza.

Cuando salí del baño estaba él sentado en la cama. No se dio vuelta a notar mi presencia, así que lo tome de los hombros y comencé a acariciarle el cuello, con pequeños masajes...y besos. Era exquisito ver como levantaba la cabeza y cerraba sus ojos al sentirme cerca con mi lengua suavemente posándose por su lobulo de la oreja, con esos pequeños mordiscos. Mientras tanto, él con sus manos hacia atrás acariciaba mis muslos, que esa noche serían de él.

Yo trataba de no mirarlo, no podía gustarme de esa manera. Además, siempre sería una puta que llamó por telefono. Finalmente se dio vuelta y se tiró encima mio en la cama. ¿Porque mierda me miraba tanto? Yo cerraba los ojos, quería hacerlo e irme, evitarme estas cosas con sentimientos.

Yo he tirado con clientes atractivos. Claro que sí. Pero este tipejo no sé porque causó tanto.

Empezó a sacarme la ropa con cuidado. Y yo rogaba para que fuera un wevón brusco con calzoncillos de monitos, por último así me mataba las pasiones. Algunos dirán que cuando me acuesto con otros clientes no me caliento, pero con él era distinto, yo quería acostarme con él y no tener que irme...acostarme con él y saber de sus cosas, conversar. Estaba perdida.

Y no me mató las pasiones. Se comportaba como todo lo que esperaba. Se notaba que nunca había estado con una puta, tan delicado en tocarme, tan tranquilo como si el tiempo por dinero aquí no corriera. Como si en una hora yo no me iba a vestir y despedirme. Como si no le fuera a cobrar por cada caricia...

Primera vez que primero me hacen sexo oral a mi. Primera vez que beso a ojos cerrados con tanta soltura. Me dejé llevar completamente. Parecía una niña de 15 desesperada por sus caricias, primera vez que sentía que la situación se podía ir de las manos. Pero no. Lo saqué de ahí abajo y comencé a tratarlo con rudeza, parece que más le gustó.

Me puse encima de él y saqué lo que me quedaba de ropa. Por mientras escuchaba que sus amigos estaban en un computador cerca de la habitación, viendo más compañeras de trabajo. Pero yo estaba con él...a oscuras en esa pieza ajena de los dos, a oscuras buscando con desesperación nuestros labios, mientras el saboreaba mis pechos y entre mis piernas ya sentía el jugo de mi sexo.

Eran gemidos ahogados dentro de ese cuarto. Las ventanas estaban cerradas porque hacía frío, pero nuestros cuerpos estaban mojados y se resbalaban entre ellos. Se acababa el juego previo y venía el sexo propiamente tal..." No lo mires Carola, no lo mires, que no te guste este condenado" Justo en el momento que iba a penetrarme me dice

" Mírame" tuve que mirarlo mientras me penetraba, mis ojos un poco desorbitados quería que se adentrara más. Era un suplicio exquisito mirarlo.



Lo hizo con tranquilidad, como si con su sexo sintiera cada espacio del mio. Y empujaba mis caderas hacia abajo, mientras con otra apretaba con fuerza uno de mis pechos. Yo con una mano me tocaba abajo y arriba, que manera de moverme, que manera de desearlo. Primera vez también, que tengo un orgasmos haciéndolo lentamente, un orgasmos tan sentido, tan profundo una explosión que nos hizo gritar de placer.

Pero venía el momento que me daba terror. En otro caso hubiera sido el momento más placentero: cobrar. Pero sentí que me dio tanto placer que casi sería injusto. Pero el no tenía porqué saberlo...



Lo noté incómodo cuando terminamos. Nos quedamos desnudos tirados en la cama, mientras el puso música. Me quedé mas rato de lo normal, escuchando música junto a él. No hablabamos y yo tenía tantas cosas que contarle, tanto que decirle. Se paró y caminó hacia el baño...



Yo por mientras me vestí. No andaba en auto ese día asi que habíamos quedado en que me iba a dejar. Salió con la cara mojada, un poco nervioso cuando me vio. " Anda a dejarme, pero págame ahora" (un dolor nunca antes sentido al decir eso...)- "Si obvio, toma...vamos".



Plata de mierda. Seguramente al conocerlo en otro lugar, de otra manera...pero no, seguramente estaba weviando con sus amiguitos y decidieron experimentar. Seguramente me vieron en la página y se calentaron...seguramente dijeron que yo era la calentona indicada. Y yo pensando wevadas sentimentaloides.



Me fue a dejar. Casi ni hablamos. Estaba más triste que antes. Me preguntó algunas cosas que yo respondía con entusiasmo. Nos despedimos y hasta nunca...o hasta nuevo servicio...



Pero no. Al otro día lo llamé para pedirle algo que se me quedó. se notaba asustado. En realidad era un niño asustado después de lo que pasó...que desilusión. Hasta ahí llegó este seudo enamoramiento. Hasta ahí porque me di cuenta de quien era yo y lo que JAMÁS debía pasarme. Gustarme un cliente jaja, que tontería. Una niña que aún no aprende. Pero igual a veces quiero llamarlo, me estoy poniendo estúpida. Y no me gusta, me carga esto de sentir cosas, ¿que me he creído?