miércoles, 5 de septiembre de 2007

Regreso religioso

Queridos y queridas:


Me tardé pero acá estoy. Estuve a punto de abandonar esto, de escribir. Pero me di cuenta que aún queda bastante que debo dejar salir.

Y ayer volvía a escribirles, pero sonó el teléfono y tuve que partir, el trabajo llama (no digo "deber" porque no lo es).

Y no estaba en ningún lugar paradisíaco haciendo de las mías. No les podría contar nada impresionante porque, ¿les digo la verdad? Estuve haciendo vida familiar, estuve en Conce un buen rato alejada de muchas cosas que me estaban haciendo daño. Supongo que tenía que volver mejor y lo he hecho. Todas, y cada una de nosotras colapsamos alguna vez.

Quedé en contarles sobre aquellos clientes extraños, y ¡vaya que los hay!


Están desde los que sólo pagan para mirar como me ducho, otros que lo hacen con películas pornos de fondo ( una lata), uno que goza jugando golfito en pelotas luego de hacerlo ( el snob más snob que he conocido).

Uno que aún vive con la mamá y debemos hacerlo a escondidas (me siento una colegiala en esa circunstancia) otro que está traumado porque no tiene testículos y un religioso que me lleva biblias de regalo cada vez que estamos juntos.

Ese último es Bruno. Un hombre de unos 45 años, de familia con apellido importante (podríamos dejarlo en Errázuriz, que mala me he puesto) aún no se casa y estuvo en un seminario religioso en Europa.


Llegó a Chile hace un par de años y nos conocimos en una cena. Yo estaba en ese evento con otro cliente, y como nunca paro de trabajar, siempre atenta a mirar a otros posibles "trabajillos".

En eso lo vi a él, escuché su currículum...presa fácil. Típico religioso reprimido, pero extremadamente caliente e irrefrenable. Y no estaba equivocada.

No sé si tuvo una visión o fue el llamado del señor, pero al mes me llama. De repente me quiere convertir o que se yo.


No, quiere que nos juntemos a conversar y quizás algo más . Le explico que no estoy para "quizás", que me llame cuando quiera y esté seguro. No alcanzo a cortar cuando me dice "Bueno ya, juntémosnos sin quizás"


BINGO.

Ya estaba sacando cuentas y viendo cuanto del porcentaje dejaría en mi cuenta y cuanto gastaría. Deben pensar que me compro ropa, me pago solariums o extensiones (jamás me imaginen con esa chabacanería en la cabeza), pero no gasto en eso, no mucho por lo menos. Gasto en decoración y el resto a mi cuenta. Al principio me compraba de todo, pero ya tengo mucho, quiero ahorrar para cuando deje esto o ya no sirva, porque así es la cosa...

En fin...

Nos encontramos en un café y conversámos largo rato. Me aburría un poco. En realidad bastante. ¡Qué hombre más fome!Le dije que podíamos seguir conversando en mi dpto. No sé en que minuto me creyó eso de conversar. Aceptó (tampoco es tan pánfilo, no se crea...)

Ya sabía que con él no era cosa de llegar y tirarse con todo . No. Cualquier movimiento podía asustarlo y claro, me tendría que pagar igual, pero no volvería...siempre el enganche queridos, resaltar el plus personal para que vuelvan.

Lo dejé sentado en el sofá mientras iba al baño.

Estaba sentado de espaldas a mi cuando llegué.

Puse mis dedos en su nuca y comencé a masajearle suavemente mientras mi otra mano bajaba por su pecho.
Mi boca buscaba su cuello, y lo encontraba. Suavemente acariciaba con mi lengua el contorno de su oreja, mientras desviaba mi mirada para ver el efecto en el bulto de su pantalón. Y miré...era hora de bajar su cierre.

El estaba quieto...sólo atinaba a mover su cabeza hacia atrás, cerrar sus ojos y presionar el sillón con sus manos. Trataba de contener ese grito, esa queja que son una delicia en mis oidos...ese gemido que en el fondo me dice: "Carola, sabes hacerlo tan bien" Y a la vez me excita, me excito de mi siendo buena en la cama. ¿Egocentrica? quizás, pero siempre gozándome, lo que no es malo.

Me puse delante de él. Ese día me había puesto una falda de jeans con una polera de corte en V color verde (dato rosa, estábamos en verano y yo mostrando mi bronceado) Muy teenager me veía, eso es cierto. Continúo.

Me paré delante de él y le saqué los zapatos. Cuando me ponía de pie, ligeramente rocé su pene que a esas alturas pedía a mi sexo. Pero lo haríamos esperar un poco.

Sus ojos me miraban vidriosos, excitados, súplicandome placer...La respiración agitada y la boca semiabierta. Tomé una de sus piernas, la subí y puse su pie en mi sexo mojado, quería que me sintiera con su pie, que lo moviera mientras me sacaba la polera. Sí, veía como me masturbaba con él.

Mientras me sacaba la polera, me presionaba contra él buscando más intensidad. Me encantaba sentir sus dedos jugando ahí, metiéndose entre mi calzón.

Le saqué el pie y me senté sobre él. Bendito sillón que ha sido testigo de tantas masturbaciones, sexo casual, sexo virtual y lesbo que ha soportado. Bendito sillón que me conoce como nadie; que me ve pintando, haciendo sexo oral, sacando cuentas, viendo tv o simplemente follando.

Me senté y subí mi falda. Me movía incentivando su calor. Lo besaba, jugaba entre el movimiento y su sexo, lo hacía esperar antes de sacarme lo demás, cómo sufría ese hombre. Como me calentaba viéndolo sufrir.

Me di vuelta dándole la espalda y le pedí que me sacara el sostén.

Por fin sacaba la mano del sillón, y las tenía mojadas...cuando sintió mi piel descubierta me apretó. Yo lancé un pequeño gemido porque, bueno, algunos ya saben que me encanta que me muerdan despacito o me aprieten. Comenzó a sobarme la espalda cada vez más fuerte. Sus movimientos eran cada vez más intensos, solo quería metérmelo...era hora de ir a la pieza.

Antes de eso lo incentivé. Le bajé el pantalón y le hice sexo oral, pero un poco, con mi boca sólo en la punta y con movimientos rápidos....lo demás venía en mi cama.

Lo llevé en un estado de calentura increíble. Lo hicimos con mucha pasión, después del sillón era otro Bruno. Como desesperado me penetraba con fuerza, los gemidos ya no eran ahogados sino que fuertes, sus movimientos dejaron de ser tímidos para volverse una herramienta intensa para mi placer. Con su boca chupaba cada parte de mi cuerpo, lo masturbaba con mis pechos y gozaba increíblemente. Quería comerse mi trasero y afanosamente me cambiaba de posición...Yo arriba queriendo que penetrara más y más...el abajo bajándome con sus manos en mis caderas, fuerte, intenso, rápidamente, más fuerte, rítmicamente al son de la temperatura de nuestros cuerpos. Mi cuerpo ya estaba mojado y el pelo desordenado no ayudaba a aliviar la sensación de calor. Saltaba al mismo tiempo que mi ingle chocaba con la otra...me agacho un poco sobre él...más fuerte y llega a doler la excitación...mi cuerpo no puede más, pide gritar, explotar...


Y acabamos juntos. Que cosa más rica...

Nos quedamos un rato tendidos sobre la cama. Mirando el techo...yo lo disfruté bastante. Y más encima me pagarían, no podía ser mejor.

Me levanté y fui al baño. Me metí a la tina que había dejado con agua y volví a vestirme rápidamente. Volví y seguía acostado.

"Disculpa" me dice...yo pensé " este huevón no trajo plata o qué..."

-¿Porqué?
-Por hacerte eso que te hice
-Pero si estuvo excelente
-No eres un objeto Amanda, no debí tratarte como uno
-Yo no te pido disculpas por tratarte como banco, No te enrolles, si está bien

A esas alturas quería que se fuera. Que se llevara su sermonería y me dejara sola para descansar, pero salió terco este Bruno.

Me habló una hora sobre el amor de Dios. Sobre el regalo del cuerpo y la unión entre seres que se aman. A mi me parecía un discurso de doble estándar del porte de un buque, pero no le decía nada, supongo para que volviera. $300 mil en una noche y por buen sexo da para escuchar sobre eso y más. Le dije que sí a todo, el muy tonto cree que no va a volver.

Quizás hasta piense que me va a reformar y hacerme una oveja del rebaño. Cuando se fue me dejó una biblia de él, de esas de bolsillo, no es biblia...nuevo testamento creo. Me dijo que lo leyera y pensara las cosas.

Se lo recibí. Me lo agradeció y se vistió (me dio todo ese sermón en pelotas sobre mi cama aún húmeda)

Se fue y desde ese día es mi cliente habitual. Goza hablándome de Dios al final de cada sesión y viendo como asiento con mi cabeza a todo. Lo mejor es cuando me trae rosarios de plata con oro. Y yo me pregunto donde se metió los votos de humildad o de pobreza.

En mi casa, de tantas visitas que me hace ya estoy que monto una capilla. Espero me recuerde en navidad, no estaría mal ¿no?

Que largo he escrito queridos...Creo que me hacía falta contarles estas cosas. Ni diario de vida tengo, cualquiera lo puede encontrar. Pero acá, acá nadie me conoce, soy solo letras.

ciao estimadísimos.



martes, 4 de septiembre de 2007

ESTA NOCHE

NOS VEMOS NUEVAMENTE.

HE VUELTO QUERIDOS.

LOS ESPERO ESTA NOCHE...